0.00€ – 50.00€ (IVA incluido)
Una de las comprensiones nucleares que brinda la Terapia Sistémica familiar es que todos y cada uno de nosotros somos “hijos de nuestra familia”. Tal vez esto resulte obvio, pero lo cierto es que en la consulta terapéutica a menudo no es tenido en cuenta el hecho de que, cuando nacemos, no “venimos de la nada y caemos en medio de la nada”: tenemos unas “raíces” familiares con infinitas generaciones detrás de nosotros, cuyo origen se remonta a los inicios de la Humanidad misma.
Mirar para ver, ver para incluir, incluir para honrar, honrar para reconciliar, reconciliar para despedir, despedir para vivir.
Una de las comprensiones nucleares que brinda la Terapia Sistémica familiar es que todos y cada uno de nosotros somos “hijos de nuestra familia”. Tal vez esto resulte obvio, pero lo cierto es que en la consulta terapéutica a menudo no es tenido en cuenta el hecho de que, cuando nacemos, no “venimos de la nada y caemos en medio de la nada”: tenemos unas “raíces” familiares con infinitas generaciones detrás de nosotros, cuyo origen se remonta a los inicios de la Humanidad misma.
Al nacer, nos es “otorgado” por la vida un lugar único e intransferible en la cadena de generaciones de nuestro sistema familiar, un sistema que tira de nosotros cual fuerza aglutinadora para mantener el orden de la vida que se abre paso generación tras generación.
El anhelo de pertenencia es uno de los sentimientos más imperiosos y profundos del ser humano. Esto es comprensible si tomamos en cuenta que somos totalmente dependientes de quienes nos cuidan durante ni más ni menos que los primeros años de nuestra vida. Desde esta perspectiva, el hecho de no pertenecer sería una muerte asegurada para la criatura.
Históricamente, la supervivencia del ser humano se ha visto supeditada no sólo a los cuidados externos durante los primeros años de vida, sino que se ha extendido más tarde al clan o grupo de pertenencia.
Quizás nos parezca que en la actualidad no necesitamos “tanto” a los demás para sobrevivir; y tal vez sea cierto que los necesitamos “menos” que hace unos cientos de años, pero sería ilusorio creer que podemos sobrevivir solos. El hecho de que la pertenencia haya sido la clave de nuestra supervivencia, no solo como individuos sino también como especie, es de suficiente peso como para comprender el nivel tan profundo y arcaico al que nos remite este término.
Sistémica familiar individual, constelaciones familiares individuales.
Si resuenas con este camino y quieres mirar, consúltame sin compromiso. Estaré encantado de atenderte.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.